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Las abejas en el huerto

La presencia de abejas en nuestro huerto es fundamental, por eso debemos protegerlas.
La fertilidad de las plantas que cultivamos – especialmente de frutos- esta condicionada por la presencia o ausencia de abejas en el huerto. Estas deberían recibir una atención especial en torno del huerto, ya que cumplen funciones más allá de las puramente pragmáticas como productoras del preciado líquido ambarino llamado miel, del nutritivo y multivitamínico polen, de la polivalente cera o del prodigioso remedio terapéutico denominado propóleo.
Las abejas viven en simbiosis con las plantas y especialmente con las flores. De ellas extraen las provisiones de néctar y polen que les sirven de alimento y les permiten reproducirse. Las plantas y los hortelanos también salen beneficiadas con su zumbadora presencia. Las incesantes idas y venidas y los revoloteos alrededor de las flores, con el consiguiente trasiego de polen de una flor a otra, permiten una adecuada polinización.
El 80% de las plantas cultivadas necesitan la intervención de los insectos polinizadores para producir sus frutos, y el 90% de tales insectos son abejas.
Por eso, las abejas son tan importantes y es nuestro deber protegerlas, ya que sin ellas, el 60% de las frutas y verduras que hoy consumimos desaparecerían al no ser polinizadas.
Los productos de las abejas:
El interés del ser humano por las abejas se remonta a tiempos inmemoriales. Dos milenios y medio antes de Cristo, en Egipto, antiguos textos y pinturas representan el oficio de apicultor.
La miel es un alimento muy energético. Aparte de endulzar comidas y bebidas, con ella se preparaban ungüentos, bálsamos y perfumes, y se aconsejaba administrarla en el nacimiento como alimento de iniciación y en la muerte como bálsamo u ofrenda.
El polen contiene muchos oligoelementos, vitaminas y proteínas. La jalea real es muy rica en vitamina B5 (ácido pantoténico), de tanta importancia para el metabolismo muscular, hepático y cerebral. La cera se utiliza desde antiguo para la iluminación, la protección de la madera y como base para la elaboración de cremas para el cuidado de la piel y la curación de las quemaduras. El veneno, compuesto por ácidos fórmico, clorhídrico y fosfórico, está especialmente indicado para problemas reumáticos mediante la apipuntura,que es el empleo de abejas vivas para que aguijoneen el lugar preciso.
El propóleo es uno de los productos más sorprendentes y desconocidos de la colmena. Las abejas recogen ciertas sustancias que recubren como fina película protectora los brotes de las plantas en el momento de su eclosión y que se encuentran en mayor cantidad en ciertos árboles como los pinos y las encinas. Luego las mezclan con resinas, aceites esenciales y cera, y así nace el propóleo. Este tiene interesantes aplicaciones en agricultura ecológica como protector vegetal y antivírico. En cuanto a enfermedades humanas, ejerce en el organismo un efecto de limpieza celular y regenerador de las glándulas internas(específicamente en tiroides).
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