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Reproducción vegetal y como hacerla

A la hora de cultivar nuestras propias verduras, tenemos que tener presentes las técnicas de reproducción vegetal para lograr nuestro objetivo.
La forma más común, es la de tipo sexual, que se produce en las flores de las plantas, ya que ellas contienen los órganos sexuales. En este caso, la fecundación se realiza por medio del traslado de los granos de polen desde los estambres hasta el estigma de la misma flor o de otra, mediante un proceso llamado polinización. En el ovario, el polen fecunda el óvulo. Cuando la flor se marchita, el ovario se transforma en fruto. El fruto contiene en su interior al óvulo fecundado que se ha convertido en semilla, lista para germinar y desarrollar una nueva planta.
Ocurre, que en algunos casos, no podemos reproducir las plantas por medio de semillas, porque apenas las producen o porque de hacerlo así perderían las características de la planta madre, se alargaría el periodo hasta la cosecha, etc.
Las plantas sin flores se reproducen de forma asexual, y comprende las siguientes formas:
Bulbos:
Los bulbos son yemas rodeadas de capas foliares (hojas) que almacenan sustancias nutritivas de reserva, capases de mantenerse en estado latente durante largo tiempo fuera de la tierra y de alimentar los nuevos ejemplares que germinarán a partir de la yema o yemas presentes en cada bulbo.
El bulbo -o las múltiples yemas separadas, como en los ajos-se entierran casi por completo en el suelo, dando origen tras su germinación a una o a múltiples plantas, como es el caso de las cebollas, que una vez desarrolladas pueden dividirse y trasplantarse dando nuevas cebollas.
Esquejes o estacas:
Las ramitas de algunas plantas, cuando se cortan y se plantan en un buen terreno o en un sustrato húmedo producen raíces que permitirán el posterior rebrote de la planta seccionada. El esqueje realizado con ramas maduras y leñosas- de 15 a 20 cm- se llama estaca, y con yemas jóvenes ya brotadas esquejes.
Las zuecas son varas leñosas que se separan con raíces y brotes incipientes, trasplantándose directamente en la tierra donde se desarrollarán las nuevas plantas. Este proceso se usa para multiplicar las alcachofa.
Estolón:
Es un tallo que se desplaza por el suelo y de cuyos nudos nacen raíces y hojas que darán origen a nuevas plantas. Así se propagan los fresales y las ornamentales cintas. Cuando las nuevas plantitas han alcanzado el suficiente desarrollo en el suelo, se arrancan cortando los restos de tallos que aún las unen con las madres y se trasplantan ( generalmente a macetas) para su buen enraizado y posterior trasplante definitivo.
La multiplicación por estolón abrevia bastante el ciclo de cultivo, permitiendo cosechas más tempranas.
Acodos:
Se trata de una especie de esqueje aéreo o terrestre que se realiza sin cortar la rama de la planta portadora. Consiste en practicar un pequeño corte o incisión en una zona de la rama que se recubre con mantillo o sustrato húmedo y se envuelve con un plástico bien sujeto- en el caso de los acodos aéreos- o se entierran en el suelo- en el caso de los acodos terrestres-.
Una vez desarrolladas las raíces, se corta por su parte inferior, separándolo de la rama madre. Con ello obtendremos una planta autónoma que reproduce fielmente las características de la planta de la que procede y se la puede considerar una extensión de la misma.
Tubérculos:
Todos conocemos bien las patatas o los boniatos, aunque existen otros menos conocidos, como el tupinambo o la mandioca. Sus tubérculos son para nosotros las partes comestibles de tales plantas, y para ellas el órgano de reserva que almacena nutrientes en sus épocas de óptimo desarrollo y que permitirá su nuevo desarrollo cuando las circunstancias ambientales ambientales lo permitan. Muchas de estas plantas emiten flores y frutos, con sus consiguientes semillas, aunque si sembramos estas semillas, nacerán plantas con características propias y a menudo alejadas de la uniformidad que suele conseguirse mediante la reproducción del tubérculo entero o cortado en tantas partes como yemas o brotes insipientes presentes.
Rizomas:
Los rizomas son tallos subterráneos que aparentan ser raíces, pero en los que hallamos yemas capaces de dar brotes y, por consiguiente, de producir nuevos ejemplares. Es el caso de las cañas- que usamos de tutores-, del bambú o de los helechos. Arrancamos el rizoma y lo cortamos en pedazos que tengan una o varias yemas – llamadas vulgarmente <ojos>-. Luego lo enterramos y procuramos mantener un nivel de humedad regular que evite su deshidratación.
En caso del bambú es casi inevitable recurrir a la reproducción por rizomas, ya que a pesar de que florecen y dan semillas que pueden sembrarse ¡Esto solo ocurre una vez cada 100 años!.
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