El guisante (Pisum sativum) es una planta herbácea de la familia de las leguminosas (Fabacea), más o menos trepadora, propia de la cuenca mediterránea, aunque muy extendida en todo el mundo. Se cultiva para obtener sus pequeñas semillas -que, al igual que la planta misma, recibe distintos nombres, según la zona; entre otros muchos, guisante, chícharo, arveja o arbeyu- y las tiernas vainas que los envuelven, muy apreciados para el consumo humano.
El humilde guisante del cuento de la princesa es un alimento de primer orden; rico en azúcares cuando es tierno, resulta muy nutritivo seco, ya que contiene una alta proporción de proteínas e hidratos de carbono, lo que lo hace mucho más digestivo que sus parientes, las judías secas, las habas secas o los garbanzos.
Es una pena que los guisantes pocas veces se consideren como plato completo; casi siempre los consumimos como ingrediente adicional (en paellas, ensaladillas, etc.), como acompañamiento o como guarnición. No obstante, los purés de guisante secos u las tortillas de guisantes tiernos son excelentes formas de prepararlos.
Existe una gran producción industrializada de guisantes, destinada a la conserva o a la congelación; pero los guisantes que podemos cultivar en el huerto de forma ecológica no tienen nada que ver, ni en sabor ni en propiedades nutricionales, con los guisantes comerciales, a los que superan con creces.
El cultivo de guisantes en el huerto reporta grandes beneficios, ante todo porque, junto con las habas, son una de las primeras verduras de fruto que podemos consumir a principios de primavera; además son ricos en vitaminas y nutrientes básico, y, por su condición de leguminosa, enriquecen el suelo y pueden cultivarse junto a otras plantas más exigentes, como las remolachas, las patatas o las lechugas; también son ideales para preceder en una parcela al maíz.
Descripción:
Es una planta amante del frescor, que detesta tanto el calor excesivo como los fríos intensos y aborrece el bochorno más que ninguna otra cosa. Las numerosas variedades disponibles la hace interesante de cara al escalonamiento de las cosechas y proporcionan una gran diversidad de sabores a nuestra mesa.
Otro aspecto interesante del cultivo de guisantes es que mejoran la estructura del suelo en donde crecen, lo nitrogenan y, una vez terminada la cosecha, las matas sirven incluso de abono verde.
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