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Judía

Rango de precios: desde 2,95 € hasta 5,45 €

La Judía (Phaseolus vulgaris) es la especie más conocida del género Phaseolus en la familia Fabaceae. Las judías, ya sean tiernas o secas, son muy populares y apreciadas en la cocina, donde se hace un amplio uso de ellas. Son originarias de Sudamérica (Perú o Colombia) y desde siempre formaron con el maíz y la calabaza…

Propiedades medicinales:

Sistémicas y Nutricionales
Genitourinarias y Reproductivas
Cardiovasculares
Antiinfecciosas
Más información sobre sus usos medicinales

Dificultad

Icono fácil
Icono difícil

Intermedia

Luz

Icono amanecer
Icono atardecer

Plena luz

Riego

Icono riego

Regar con moderación

Cultivo

Icono calendario

Sembrar de Abr. a Abr..
Trasplantar de May. a Jun..
Cosechar de May. a Oct.

Definición

La Judía (Phaseolus vulgaris) es la especie más conocida del género Phaseolus en la familia Fabaceae.

Las judías, ya sean tiernas o secas, son muy populares y apreciadas en la cocina, donde se hace un amplio uso de ellas. Son originarias de Sudamérica (Perú o Colombia) y desde siempre formaron con el maíz y la calabaza no sólo la tríada de cultivo asociado más conocida, sino que también proporcionan una equilibrada y excelente combinación de aminoácidos, lo que supone una óptima calidad biológica de las proteínas ingeridas.

Las formas de preparación y consumo son tan variadas que describirlas todas sería inacabale. En mi región, es típico el consumo de judías tiernas en un simple hervido con patatas tempranas, aliñado con sal y aceite de oliva; sorprende por lo sencillo y exquisito que resulta ¿Y quién  no conoce las judías salteadas? O las cocinadas al vapor, en menestra o como guarnición de otros platos, y cómo no, la popular ensaladilla rusa.

Las judías secas o alubias, que no son ni más ni menos que los frutos maduros de las judías, son tan o más populares que las judías tiernas, y forman parte de numerosos platos regionales: la fabada asturiana o gallega (las fabes son una variedad de judía seca); la escudella catalana o las mongetes amb botifarra. Las judías secas son legumbres de primer orden por su elevada proporción de proteínas y tienen la ventaja de que, una vez cosechadas, pueden guardarse durante mucho tiempo -incluso años- hasta su consumo.

El consumo global de la mayoría de legumbres ha decaído mucho en las últimas décadas, en las que has sido desplazadas por un consumo creciente de proteína cárnica y tal vez por su estigmatización como “comida de pobres”.  Aquí podríamos sentenciar: “Pobres de aquellos que no quieren consumirlas”, pues, aparte de que se empieza a reconocer públicamente su valor nutricional, cada vez se hacen más patentes los enormes perjuicios para la salud que entrañan las dietas a base de carne y derivados.

Descripción:

La judía es una planta herbácea anual, erecta o trepadora, de tallo pubescente o glabrescente cuando adulta.

Es de una forma alargada. Pueden ser cilíndricas o aplanadas.

Su tamaño tienen una longitud de 10 a 20 centímetros según la variedad a la que pertenezcan.

Es verde, más o menos claro, aunque existen variedades amarillas o incluso con manchas de color oscuro.

Presenta un sabor suave en ocasiones con un toque dulzón.

Taxonomía de la planta de Judía

Tareas y sus beneficios

Consulta las tareas recomendadas para la planta de judía junto con los beneficios actuales de temporada en octubre y con la fase lunar menguante.

Sembrar

Sembrar Judía

No hay información destacable. Esta tarea se debe realizar como de costumbre.

Plantar

Plantar Judía

No hay información destacable. Esta tarea se debe realizar como de costumbre.

Cosechar

Cosechar Judía

No hay información destacable. Esta tarea se debe realizar como de costumbre.

Es temporada favorable para cosechar Judía en Octubre.

Cuidados y enfermedades comunes

Cuidados especiales de la planta de judía

Suelo

Suelo

No les gusta- ni les favorece- el cultivo en tierras frías y muy húmedas, ni en terrenos demasiado secos y muy calizos.
Precisan de suelos mullidos y bien cavados, frescos y ricos en humus, aunque exentos de restos de materia orgánica fresca.
Los suelos ácidos convienen más a las alubias, pues resultan más tiernas y fáciles de conocer,mientras que las de suelos calcáreos son más duras y fibrosas. Procuraremos buscar para su cultivo las parcelas mejor expuestas al sol, para que el suelo pueda calentarse.

Cultivo

Cultivo

Se trata de plantas delicadas y frágiles que hay que tratar con mucho cuidado. En caso de no decantarnos por un acolchado orgánico, precisarán repetidas binas y escardas, a fin de controlar las hierbas y dejar la superficie del suelo removida para evitar la evaporación del agua y mantener el suelo aireado y húmedo. No obstante, dado el frágil y superficial sistema radicular de las judías, las escardas serán muy superficiales y las evitaremos cuando la planta sea grande; esta es la razón por la que resulta conveniente recurrir a los acolchados.
Las plantas de mata baja son de porte rígido y no necesitan tutores; en cambio los tallos de las judías de mata alta son delicados y crecen enrollándose en los elementos rígidos cercanos, por lo que les colocaremos unas cañas o palos de unos 2 o 2,5 m para que vayan subiendo por ellos.Las cañas o tutores deberán formar una estructura sólida, a fin de evitar que el viento o el propio peso de las matas las rompan o las hagan caer. La estructura más habitual suele ser la piramidal, que se realiza uniendo las cañas de dos lineas, inclinándolas y atándolas en el centro; a menudo se refuerza colocando otra horizontal.
Es importante que las judías no padezcan sed, algo esencial si deseamos judías tiernas, ya que en caso de sequía tienden a endurecerse y hacerse fibrosas.

Clima

Clima

Las plantas de judías son sensibles a las heladas y no se desarrollan a temperaturas por debajo de los 10ºC. Tampoco florecen cuando los días son cortos y se reduce el fotoperíodo (cantidad de luz recibida a lo largo del día).
Requiere climas cálidos y templados, y no adelantaremos demasiado las siembras en primavera pues es fácil que las sembradas quince días más tarde adelanten a las primeras siembras si las hemos efectuado en tiempo frío o con días cortos.
También demandan un suelo templado por lo que la radiación solar y la exposición de la parcela deberán ser las apropiadas a sus requerimientos. En las zonas ventosas les procuraremos protección, pues son plantas frágiles y no soportan la incidencia directa de vientos fuertes y racheados.

Abonado

Abonado

Las judías no precisan abonado y no soportan bien la presencia de materia orgánica en descomposición. Ello es debido en parte al hecho de que poseen junto a sus raíces bacterias nitrificantes, capaces de fijar el nitrógeno atmosférico. No solo no necesitan abonado, sino que además alimentan el suelo de nitrógeno. Un exceso de nitrógeno en la tierra supondrá un desarrollo exagerado de la parte foliar, en detrimento de la producción de frutos, y hará a la planta débil y propensa a ataques de patógenos. En caso de cultivarlas en suelos pobres o carentes de humus, podemos esparcir un mes antes de la siembra un abono orgánico muy descompuesto, mezclándolo bien con la tierra con una buena cava.

Riego

Riego

Si bien las judías precisan de suelos frescos y que no se resequen, pues soportan mal la carencia de riego o la humedad mínima del suelo, conviene sembrarlas sin riego, con la tierra en sazón o atemperada con un riego anterior a su preparación para la siembra. Es preferible no regar en la época de la primera floración, ya que un riego abundante en ese momento frenaría el cuajado y podría provocar la caída de las flores, mermando notablemente la producción. En tiempo caluroso y soleado procuraremos regarlas siempre al atardecer o, en su defecto, a primeras horas de la mañana, antes de que apriete el calor.

Problemas

Problemas

Los pulgones verdes y negros suelen ser parásitos habituales en las plantas de judías en cuyo cultivo se ha abusado de la fertilización nitrogenada y del riego.
Las arañas rojas y otros ácaros suelen atacar las hojas de la judiera en tiempo seco, con las plantas y los suelos resecos por la falta de riego. Para prevenir , procuraremos mantener la humedad del suelo, para lo que quizás sea conveniente acolcharlo.
La antracnosis, enfermedad que se manifiesta por manchas oscuras sobre las hojas y sobre todo en las vainas con tiempo húmedo, puede evitarse seleccionando bien las semillas y guardando para siembra solo las que procedan de plantas sanas. Procuraremos no tocar las plantas ni cosechar cuando estén húmedas o mojadas. Seguiremos escrupulosas rotaciones de tres años o más. Como preventivo podemos actuar fumigando con decocción de cola de caballo. En ultima instancia arrancaremos y quemaremos las plantas afectadas.

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