El kiwi (Actinidia chinensis) se trata de una planta trepadora originaria de las montañas de China. Su cultura fué extendida con fuerza hacia el resto del mundo donde por los años 70, Estados Unidos llegó a alcanzar una notable producción. A principios de siglo XX fue domesticada en Nueva Zelanda y por los años 80 ya era un cultivo de gran interés en Brasil.
Actualmente se va despertando gran interés en el cultivo de kiwi debido a los buenos resultados alcanzados en cuanto al potencial productivo y en cuanto a la calidad de sus frutos.
Los países pioneros en producción de kiwi son: Italia, Nueva Zelanda y Chile. En Brasil hay alrededor de 500 ha plantadas distribuidas por los estados de Paraná, Río Grande y Santa Catarina.
El nombre kiwi le fue otorgado por Nueva Zelanda, posiblemente por una remota similitud de aspecto entre el fruto cubierto de vellosidades y el ave llamada kiwi.
Los kiwis son plantas dioicas. Esto significa que las flores masculinas y las femeninas crecen en distintos ejemplares por lo que es necesario plantar al menos dos, uno masculino y otro femenino si queremos recoger fruto aunque últimamente ya hay en el mercado algunas variedades autopolinizadoras como la Tomuri.
Para saber de que sexo es una planta de kiwi deberemos esperar a que dé flores. Las flores hembras poseen numerosas anteras llenas de polen, además poseen ovarios blancos en el centro y estigmas pegajosos en el borde exterior de estos ovarios. Una vez polinizadas, las frutas se desarrollan en los ovarios.
Como el kiwi masculino produce cantidades ingentes de polen se pueden plantar hasta ocho femeninos por uno masculino el cual solo dará flores pero nunca frutos. También hay quien injerta una rama masculina en el ejemplar femenino.
Descripción:
Es una baya oval de unos 6,25 cm de largo, con piel delgada de color verde parduzco y densamente cubierta de unos pelillos rígidos y cortos de color marrón. La pulpa, firme hasta que madura completamente, es de color verde brillante jugosa y con diminutas semillas negras dispuestas en torno a un corazón blanquecino. Tiene un sabor subácido a bastante ácido, similar al de la grosella o la fresa. Suele ser un alérgeno frecuente, sobre todo su piel.
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