La Mano de Buda (Citrus medica- variedad: sarcodactylis) es como un limón, cuyos frutos se caracterizan por estar fragmentados en secciones, similares a los dedos. Su origen se ha rastreado hasta el nordeste de la India o China.
Crece en arbustos o pequeños árboles con ramas largas e irregulares cubiertas de espinas, que pueden llegar a crecer hasta 5 metros de altura. Sus hojas son largas y oblongas, de un color verde pálido y llegan a medir de 10 a 15 centímetros. Sus flores blancas están teñidas de púrpura por fuera y crecen en fragantes grupos.
Estos árboles rara vez se reproducen por medio de la semilla de sus frutos, ya que se produce con muchísima facilidad por medio de esquejes tomados de ramas de unos ejemplares maduros e injertados sobre naranjos o pomelos. Aunque las frutas obtenidas de estos ejemplares serán bastante más pequeñas que las que da el árbol original. El fruto en si puede llegar a medir hasta los 30 centímetros de diámetro, variando claro esta en cada una de las especias que forman la familia del “Citrus Medica”.
La fruta tiene una piel gruesa y solo una pequeña cantidad de pulpa ácida. No tiene jugo ni, a veces, semillas. Como algunos tipos de naranja, el fruto de este árbol puede ser dulce o agrio, aunque en ambos caso la carne es áspera y poco apetecible.
Como en casi todos los cítricos, sus hojas desprenden un agradable aroma a limón y sus flores un perfume muy intenso a azahar, por lo que es usada, principalmente, por chinos y japoneses para perfumar habitaciones y objetos personales como la ropa.
También se utiliza con fines medicinales, especialmente para combatir problemas de digestión pesada o enfermedades leves respiratorias, ya que es un buen expectorante.
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